LOS MIEDOS
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Gabriel García Márquez decía que “aprender es recordar” y explicaba que “si a un niño se le pone frente a una serie de juguetes diversos, terminará por quedarse con el que más le guste” y eso revela una vocación que es necesario alentar. Hay quienes siguen un aprendizaje autónomo. Es el caso de Iñaki, que explica que los niños tienen la capacidad de aprender por sí mismos. “Mira, ahora está jugando a los dados y es inevitable que aprenda matemáticas. De esta manera te haces preguntas y buscas una respuesta que obtienes; en la escuela obtienes respuestas a cosas que no te has preguntado jamás”. También hay otros que prefieren organizarse: “Nosotros llevamos una vida muy normal” explica Josu y comenta que en su casa siempre han tenido una marcada: las mañanas siempre han estado dedicadas al estudio.

La sospecha más común sobre las carencias de la educación en casa alude a la falta de compañía de otros niños y a la diversidad y las dinámicas que se crean en el colegio. Las familias aseguran que los amigos no se hacen únicamente en la escuela y que “educar en casa no significa quedarse todo el día en ella”. Tratan de crear redes y realizar actividades juntos (ir a museos, excursiones, talleres…). También aseguran que sus hijos pueden acudir a clases y actividades extraescolares como todos los demás: van a pintura, baloncesto, fútbol o teatro y allí se hacen amigos con quienes luegoluego pueden jugar en el parque, como cualquiera. “No tienen orejas verdes” bromean. También hay quienes acuden a escuelas libres o espacios de aprendizaje donde más niños se reúnen mientras otros están en la escuela. ¿Y si solo se relacionan con gente como ellos y no reciben visiones contrarias del mundo? “Entre nosotros somos también diferentes y nuestros hijos viven en sociedad, no están encerrados en una cápsula” argumentan

“Lo peor son las acusaciones, los comentarios de la gente… “ explica una madre. “Te hacen sentir culpable, te señalan y te ponen la etiqueta de rarito. Eso mina la moral” continúa otra. Se quejan por no tener visibilidad de que su realidad esté bañada por prejuicios, pero al mismo tiempo saben que viven al margen de la ley y que es mejor no dar motivos para atraer a las autoridades a casa. “La ley sí paraliza, más que cualquier otra cosa”. A veces hay problemas con la propia pareja, cuando uno no quiere arriesgarse y el otro no comparte esa decisión surgen roces y no es fácil lidiar con esa situación. Aunque también hay casos de aceptación: “Mis pares son profesores y nunca han tenido ningún problema. Ven que la niña aprende, que tiene amigos, que es buena… Si hubiera algo patológico pondríamos medidas, pero no es el caso”, relata Iñaki.

Y si quieren ir al colegio ¿podrán? ¿Y a la universidad? ¿Cómo pueden obtener una titulación? Pensar en el futuro de los hijos es frecuente y para algunas familias ese horizonte se presenta difuso. Los niños sin escolarizar tienen las siguiente opciones: – Acceder a un centro homologado si están en edad de escolarización obligatoria, como cualquier otro niño que, por ejemplo, llega del extranjero. – A los 17 y 19 años pueden hacer las pruebas de acceso a formación profesional (grado medio y superior respectivamente). – A los 18 años pueden presentarse por libre a las pruebas para obtener el Graduado en ESO (dos años después del resto de jóvenes). – Estudiar a través de un centro extranjero de educación a distancia (o universidad) y a continuación convalidar la titulación (o hacer un traslado de expediente). – Tener un trabajo a los 16 años y presentarte a las pruebas por libre de la ESO sin esperar a los 18 años.
¡Mójate!